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Fuente: el nuevo diario |
Yanireth del Carmen Bonilla, de 23 años, es sordomuda, tiene un bebé de un año y se dedica a la elaboración de quesillos. “Estoy muy agradecida de contar con un empleo”, escribió la joven. “Es una gran oportunidad que ha cambiado mi vida, porque casi nadie nos da oportunidades a nosotros”, agregó.
Nagarote es una localidad ubicada al Occidente de Managua y es donde se detienen todos los turistas que van a León o a Chinandega.
Los restaurantes que ofrecen quesillos se extienden a lo largo de la avenida principal de Nagarote, pero ahora también se han instalado quioscos en el parque central, una de las nuevas referencias del turismo en esta localidad.
Secretos
El proceso de elaboración del quesillo empieza con la elección y preparación de la leche para obtener cuajada y crema. Esta etapa dura aproximadamente una hora.
Palmeando
Una vez que se elaboró el quesillo, inicia la etapa de palmearlo para darle la forma y alcanzar el punto exacto de este apetitoso producto que encanta a los nicaragüenses y a los turistas. María Eunice Torres es toda una artista en esta tarea.
Sonrisas
La cuajada se introduce en agua caliente para suavizarla y darle un toque de elasticidad, característico del quesillo. Este producto tiene un sabor simple, pero es sazonado con cebolla picada, vinagre, crema y sal. Gleysis del Socorro Aguilar sonríe al momento de ser fotografiada.
Trabajo arduo
Francis Cuendis palmea una a una las tortillas que servirán para envolver los quesillos. Maíz molido, sal y dedicación son los puntos claves para elaborar las mejores tortillas. Esta mujer se ha dedicado toda su vida a la preparación de quesillos en Nagarote y es toda una experta en este arte.
Antojos
Un grupo de mujeres de Jinotega no aparta la vista del quesillo que se está sirviendo. Uber Baca Gutiérrez es el dueño de uno de los quioscos ubicados en el parque central de Nagarote y tiene 15 años de dedicarse al negocio de los quesillos. Cada quesillo tiene un valor mínimo de C$50 y los mejores cuestan hasta C$120.
Histórica
Lidia del Socorro Montez tiene 46 años de dedicarse a la venta de quesillos. Ella es la única que vende el producto en la llamada batea y tijera, al aire libre en el parque de Nagarote. El resto de personas que subsiste de los quesillos lo venden en quioscos. Montez sostiene que el alcalde de la localidad le ofreció un quiosco, pero ella prefiere vender los quesillos al aire libre.
A comer
Detalle de un quesillo servido. Tortilla, quesillo, crema, cebolla picada y sal se combinan en el paladar de cada comensal hasta dejarlos satisfechos con este producto típico de Nagarote, parada obligatoria para todos los turistas, nacionales y extranjeros.